La batalla de Issos (333 a.C.)
- Miguel Ángel León Martínez

- 15 ago
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Índice
Introducción
La Batalla de Issos (333 a.C.)
Darío III (380-330 a.C.)
Correspondencia entre Alejandro Magno y Darío III
Referencias
Webgrafía

1. Introducción
En abril del año 334 a.C., las tropas de Alejandro Magno (Ἀλέξανδρος en griego antiguo) abandonaban la ciudad de Pela con destino hacia Asia Menor, cruzando el Helesponto, con un ejército formado por 30.000 soldados de infantería y alrededor de 5.000 jinetes (Melero, 1996). En cuanto al objetivo inicial de la expedición, es posible que Alejandro pretendiese liberar a las ciudades griegas ubicadas en Asia, que se encontraban bajo el yugo persa, tras las Guerras Médicas. (Arranz, 2019). Sin embargo, otros autores consideran que el objetivo real era la expansión de la cultura griega por el Oriente controlado por los persas.
Alejandro sentía un gran respeto y admiración por el pasado heroico griego (Mercer, 2005). Por ello, tras alcanzar la costa, acudió a Troya con la finalidad de rendir tributo a los héroes Aquiles y Áyax, en un intento de simbolizar que los viejos héroes del pasado estaban luchando en el bando de Alejandro. Del mismo modo, los macedonios realizaron ofrendas a multitud de divinidades, como Zeus, Heracles, Atenea, entre otros (Sánchez, 2018). No obstante, pese a que el ejército de Alejandro pretendía la “liberación” de las ciudades-Estado griegas, se encontró con una resistencia local inesperada en ciudades como Halicarnaso o Mileto.
El primer enfrentamiento entre macedonios y persas tuvo lugar durante el mes de junio del año 334 a.C., en las proximidades del río Gránico (Mysia, Turquía), de ahí que se la conozca como “Batalla del Gránico” (Sánchez, 2018). Por la parte persa, el sátrapa Memnón de Rodas fue el encargado de salir al encuentro de Alejandro y hacerle frente. Finalmente, la victoria cayó del lado macedonio, suponiendo un gran éxito y un punto de inflexión en el ánimo de las tropas de Alejandro, al mismo tiempo que las ciudades-Estado griegas conseguían liberarse del control persa.
2. La Batalla de Issos (333 a.C.)
Las tropas de Alejandro se dirigieron desde Cicilia hacia Issos, donde tendría lugar un nuevo enfrentamiento contra el ejército persa, el 5 de noviembre del año 333 a.C., en la conocida como “Batalla de Issos” (Sánchez, 2018). Alejandro Magno decidió enviar a uno de sus hombres de confianza, Parmenión, con destino a Issos. En este caso, Darío III Codomano, quien había asumido el poder del ejército imperial desde el 336 a.C., decidió que debía anticiparse a su rival, y salió en expedición. Tras varios días de viaje, Darío III, rey de Persia, alcanzó el golfo de Issos. El ejército persa doblaba en número a las tropas de Alejandro. Se estima que Darío III contaba con 60.000 soldados, frente a las 30.000-35.000 tropas macedónicas.
La disposición para la batalla fue la siguiente: las tropas persas se ubicaron en una zona entre el mar y las montañas, por lo que solo les separaba el río Pínaro de las tropas de Alejandro (Sánchez, 2018). La formación elegida por Alejandro consistía en colocar a la infantería en el centro, con la caballería a ambos lados, con un refuerzo del flanco derecho por medio de sus hetairoi (ἑταῖροι en griego antiguo), los que están cerca del rey), es decir, los amigos y compañeros de Alejandro, quienes conformaban la caballería de élite.
El desarrollo de la batalla tuvo sus primeros momentos con un ataque de la caballería de Alejandro contra las tropas persas que se encontraban más allá del río (Sánchez, 2018). Por su parte, la falange macedónica tuvo que ponerse a la defensiva al no poder avanzar. En este punto, la táctica de Alejandro entró en acción e inclinó la balanza con varias acciones decisivas. En primer lugar, desvió su caballería dirigiéndola hacia el lado izquierdo del ejército persa, logrando derribar la formación que Darío III luchaba por mantener, sin mucho éxito. En segundo lugar, y de manera decisiva, Alejandro pasó a la acción, ordenando que la falange atacara el centro de la formación persa, infringiendo un daño irreparable. Ante tal situación, Darío III decidió huir con los restos del ejército persa, abandonando a su mujer, e incluso a sus hijas.
Darío III, rey de Persia, había sucumbido ante un joven procedente de Macedonia de apenas 23 años. Lo que quizá Darío no sabía es que Alejandro Magno no pretendía detenerse en su viaje hacia la historia.
3. Darío III (380-330 a.C.)
Darío III (Δαρεος en griego antiguo; Dārayavahusch en persa antiguo), o también conocido como Artashata (su nombre original antes de acceder al trono), alcanzó el poder en el año 336 a.C., en un momento de inestabilidad dentro de Persia, teniendo que ejercer de contrapeso frente a la influencia de Bagoas (eunuco persa) (Wellman, 2024). Diodoro de Sículo, historiador griego en el siglo I a.C., nos relata una escena sorprendente y humana a partes iguales. Tras la huida de Darío III, tanto la madre como la esposa del rey persa, fueron informadas de la muerte de Darío a manos de Alejando Magno, lo que provocó una explosión de emociones y lamentos por parte de las mujeres y prisioneros persas que se encontraban en el lugar (Sículo, 2016, pp 190-191). Ante ello, Alejandro decidió enviar a Leonato, amigo personal del rey macedonio, para que tranquilizase a las masas. Se dirigió hacia Sisigambis, madre de Darío III, y al resto de cautivas, informándoles de que el rey persa permanecía vivo, junto con la noticia de que Alejandro las respetaría a todas ellas.
Darío III, último monarca de la persa aqueménida, fue asesinado por Bessos, sátrapa de Bactria, en el 330 a.C., poco después de la batalla de Gaugamela, que tuvo lugar en el 331 a.C (Wellman, 2024). Alejando Magno, mostrando nobleza y ética, se encargó de sepultar el cuerpo de Darío en la capital persa, Persépolis. A su vez, fue en busca de Bessos. En cuanto al final de Bessos, todo indica que tuvo lugar en el 329 a.C. El proceso es objeto de debate. Según el historiador romano del siglo I, Quinto Curcio Rufo, Bessos fue mutilado y crucificado en el mismo lugar donde éste asesino a Darío III (Curcio, 1986), mientras que, Plutarco, historiador griego entre los siglos I-II, afirma que el castigo final fue el descuartizamiento (Plutarco, 2021).
4. Correspondencia entre Alejandro Magno y Darío III
Fuera del campo de batalla, Alejandro y Darío mantuvieron contacto por medio de la correspondencia. Gracias a Arriano de Nicomedia, historiador grecorromano entre los siglos I-II (Abascal, s.f.), tenemos acceso a las cartas que se enviaron los dos generales, expuestas en su obra “Anábasis de Alejandro Magno”, en los libros I-III (Arriano, 1982). A continuación, se citan algunas de las misivas entre Darío y Alejandro.
Carta de Darío III a Alejandro Magno
Filipo y Artajerjes mantuvieron entre sus pueblos la amistad y una mutua alianza, más al subir al trono Arses, el hijo de Artajerjes, fue Filipo quien se comportó el primero injustamente con el pueblo persa, sin haber sufrido motivo alguno para ello de su parte. (Arriano, 1982, pp 227).
Carta de Alejandro Magno a Darío III
Vuestros antepasados invadieron Macedonia y el resto de Grecia causándonos todo tipo de males, sin haber recibido de antemano ofensa por nuestra parte. Nombrado yo luego caudillo de los griegos, y siendo mi propósito vengarme de los persas, he pasado al Asia, después de haber comenzado vosotros los primeros las hostilidades. Pues vosotros socorristeis a los perintios cuando ofendieron a mi padre, y fue Oco quien envió fuerzas militares a Tracia, que es una región bajo dominio nuestro. Mi padre pereció por obra de unos conspiradores que vosotros mismos conjurasteis, según confiesan vuestras mismas cartas y de las que tanto os vanagloriáis ante todo el mundo. Tú mismo asesinaste a Arses con la ayuda de Bagoas, y te has establecido en el trono contra toda justicia, no según la ley persa, sino avasallándola. Has mandado cartas a los griegos llenas de animosidad contra mí, a fin de que me hagan la guerra, y has enviado dinero a los lacedemonios y algunas otras ciudades griegas, bien que éstas no lo aceptaron, aunque sí los lacedemonios. Tus enviados han aniquilado a mis amigos y también maquinan acabar con la paz que instauré entre los griegos, de modo que como consecuencia de todas estas cosas marcho en expedición contra ti, por haber dado comienzo tú a la querella. (Arriano, 1982, pp 228-229).
Carta de Alejandro Magno a Darío III
He vencido ya en batalla, primero, a tus generales y sátrapas y, luego, a ti mismo y a tu ejército, y poseo esta región por don de los dioses; me preocupo, además, de cuantos supervivientes estuvieron alistados de tu parte en la batalla y se pasaron luego a mi bando, y no están precisamente descontentos a mi lado, sino que muy de buen grado comparten conmigo los peligros del combate. De modo que debes venir a mí, considerándome Señor de toda el Asia; pero si por miedo a sufrir algún daño de mi parte no te presentas ante mí, envía a algunos de tus amigos a que reciban garantías de mi parte. Y si te decides a venir ante mí, toma a tu madre, tu mujer y tus hijos y cualquier otra cosa que quieras, ya que tendrás cualquier cosa que me hayas convencido deba darte.
De ahora en adelante, cuando te dirijas a mí, hazlo como al rey de toda el Asia, y no lo hagas en plan de igualdad, sino como a Señor que soy de todas tus posesiones, y en ese tono, pídeme lo que necesites. De lo contrario, pensaré que me ofendes; y si me contestas aludiendo a tu soberanía, quédate y lucha por ella y no huyas, porque tengo el firme propósito de perseguirte donde quiera que te encuentres. (Arriano, 1982, pp 229-230).
Referencias
Arranz, R. (2019). Breve historia de la antigua Grecia. Nowtilus.
Arriano, F. (1982) Anábasis de Alejandro Magno. Gredos.
Curcio Rufo, Q. (1986). Historia De Alejandro Magno. Gredos.
Melero, R. (1996). Filipo, Alejandro y el mundo helenístico. Arco Libros - La Muralla, S.L.
Mercer, C. E. (2005). Breve historia de Alejandro Magno: Vida y hazañas del valiente y despiadado rey, el más brillante estratega militar del mundo antiguo. Nowtilus.
Sánchez, C. D. (2018). Breve historia de las batallas de la Antigüedad. Nowtilus.
Sículo, D. (2018). Biblioteca histórica. Libros XV-XVII. RBA Libros.
Wellman, B. (2024). Los persas: Una apasionante guía de la historia de Persia y su Imperio. Enthralling History.
Webgrafía
Abascal, J.M (s.f.). Arriano de Nicomedia. Real Academia de la Historia. Recuperado el 5 de diciembre de 2024, de https://dbe.rah.es/biografias/23086/arriano-de-nicomedia





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